Lo he visto todo. He visto a mujeres escapando de la noche con sus hijos a cuestas, seguras de que si no lo hacen no verán más la luz del día. He visto a mujeres tocando a mi puerta en medio de la noche, intentando escapar de los golpes de un borracho, para solo tomar un descanso y escurrir sus lágrimas, volviendo luego a los brazos de su maltratador.
He visto mujeres privadas de sus documentos de identidad, en las que el anonimato les ha tejido una jaula más fuerte que el metal. No saben que pueden escapar, pero a dónde, cómo, siempre se van a preguntar. He visto a mujeres acurrucadas sin saber qué hacer, perder a los hijos o irse para no volver. No hay opción, quedarse y morir, siempre es la conclusión. He visto mujeres más valientes que un guerrero, dispuestas a contar la lucha que las ha dejado hechas un mechero, para encontrarse con preguntas de ¿por qué? ¿para qué? Y saber que siempre todos dirán, no fue él. Débil, holgazana, mal vestida, inapropiada, malpensada, dramática mujer. No es él, eres tú, siempre tú. —Lucha contra la violencia doméstica, hoy y siempre—
Luz