Política y Feminismo
Hace mucho tiempo que deseaba leer este libro. Lo estimaba como una oda al feminismo, y en cierta forma lo es. Aunque es mas un autorretrato personal de una mujer que decidió vivir sola, pues considera en algunos puntos que el matrimonio no es compatible con aquel feminismo que siempre se encontró en su interior y que estaba en pleno furor en la década de los setenta. Este tipo de feminismo que se entrelaza con la soltería lo ha vivido ella desde entonces. La misma autora admite las dificultades por las que ha pasado en defender sus propias teorías. Aquel feminismo de los años setenta era más radical del que vivimos ahora. Vivian Gornick amaba el encontrar aquellos grupos de mujeres, intelectuales y dedicadas a la lucha de pensamiento de género con las que se podía discutir sobre los desajustes de la sociedad. Sin embargo, aquellos grupos se amilanaban de nuevo con los mismos resquebrajos culturales en contra de los que luchaban y de nuevo se veía ella completamente alienada.
Su vida profesional, que ha sido dedicada a escribir y enseñar, no parecen tampoco haberle dado mayores satisfacciones. Comenta la autora que en sus múltiples trabajos como profesora de universidad se topó, en todos ellos, con colegas solitarios que no admitían a nadie nuevo en el grupo, con dramas entre aquellas relaciones, egocéntricas, egoístas, que no permitían ningún acercamiento de amistad, tal vez ni siquiera de conversación. No había amabilidad, si no un constante, ¿A qué te refieres con eso?, que obnubilaba cualquier intento de compatibilidad, incluso intelectual.
Su vida personal también sufrió de los mismos altibajos. Casada a los 24 años y divorciada rápidamente, la autora basó fuertemente sus expectativas de felicidad en los demás. Después de haber posado sus esperanzas de autosatisfacción en su primer esposo lo hizo luego con amigas, amigos y colegas, recibiendo decepciones que en cierta forma nunca se esperaba, pero que al final del libro ya el lector podría formarse un patrón en la cabeza de las relaciones interpersonales de la autora y lo que esperaba de ellas. Más que mirarse de frente, Vivian Gornick se mira en los demás. Esto le permitió concluir premisas importantes acerca de ella misma, pero no logró superar aquella tendencia de sembrar sus expectativas de felicidad en los demás, y de ahí aquel sentimiento de soledad que la ha atacado constantemente durante toda su vida. Ella misma llama aquellos encontrones como “Crímenes contra el alma” y hasta creó la teoría de “La Respuesta Aproximada” donde calificaba las frases o respuestas a de otros que la hacían volver a su cotidiana introversión.
En su propia auto reflexión la autora llega a conclusiones importantes:
- Los hombres siempre se han tomado en serio sus cerebros, mientras que las mujeres no. Las mujeres desde niñas han sido infantilizadas, un patrón que es difícil de romper, incluso cuando se trata de mujeres mayores. Esto ha afectado la inclusión de la mujer como ser pensante en la sociedad. Aquel infantilismo se nota hasta en conversaciones amenas, en cenas de amigos y demás. Las mujeres son constantemente calladas y puestas en su lugar mediante explicaciones muchas veces sin sentido, que vienen de los hombres.
- La emoción de la realidad feminista hace que los hombres dejen de ser prioridad y permite concentrarse a la mujer en sí misma, algo completamente necesario para el crecimiento personal.
- El único camino al desarrollo personal y posteriormente al éxito lo da el trabajo duro y el esfuerzo constante del día a día.
- Las mujeres deben prepararse para encarar las circunstancias de la vida solas –independientemente de sus relaciones interpersonales, de si están solteras o casadas–.
- Los arreglos culturales en los que la mujer siempre es sumisa se acabaron, muchas no están dispuestas ya a poner la otra mejilla para no entrar en desavenencias con los convenios sociales.
- El verdadero esfuerzo en una búsqueda personal esta en hablar con uno mismo.
Vivian Gornick se confiesa anti matrimonio. Comenta la autora que “cuando nos casamos, lo hacemos no para vivir una aventura de descubrimiento personal o compartir una vida interior, si no por un solaz emocional que era primitivo. El solaz trae consigo el aislamiento, una relación poco profesional con la soledad, y crudas preguntas sobre el yo interior que se quedan años y años sin formular”.
Considero yo que es un argumento cierto pero que generaliza. El matrimonio puede causar también esa búsqueda interior tan anhelada y de cierta manera empujarla a buen puerto. Mas que casarse o no, las buenas decisiones deben centrarse en con quién compartir la vida, ya sea un esposo, una pareja, un amigo o amiga. Tanto las mujeres solteras como casadas deben procurar momentos de silencio y de autoconocimiento que nos puedan guiar hacia vidas y decisiones más feministas y favorables a nuestros propios intereses y los de la comunidad en la que vivimos.
Aun siendo anti matrimonio, Vivian Gornick se va también a los extremos, sintiéndose agobiada por la extrema sociabilidad con los demás, pero también sintiendo una auto compasión dañina al sentirse incapaz de pasar sus noches en solitario. Puede que Vivian Gornick no haya escogido una pareja, pero de todos modos no dejó de buscar esa compañía que le faltaba en otros que no estaban tan dispuestos a compartir todos los días con ella.
Y aquí esta el dilema, ¿debe el feminismo relacionarse, o más bien, ponerse de lado de las escogencias de cada mujer a la hora de con quien compartir su vida? Tal parece que las dos opciones, quedarse soltera o casarse son malas, o tal vez ambas son buenas. En principio la soltería puede dar prioridad a esa búsqueda interior tan necesaria, pero si se desvía a una angustia personal de soledad nada se hizo. Por el contrario, el matrimonio o la vida en pareja pueden aliviar esa sensación de soledad, pero como bien dice la autora, puede retardar y hasta evitar esas preguntas que debemos hacernos para un crecimiento y una independencia personal. En ambos casos lo importante es el auto conocimiento y el trabajo y esfuerzo diarios por mejorar nuestros aspectos internos y tener éxito sobre nuestras circunstancias externas.
Luz