MisHistorias

Siento nostalgia de solo pensar cuantas buenas amigas han salido de mi vida. Las circunstancias en las que nos conocimos y tuvimos una amistad cambiaron, me digo a mí misma. Pero un sentimiento amargo se apodera de mí y me hace aceptar que mi excusa no justifica el hecho de que no hice nada para evitar el fin nuestra amistad. Yo sé que pude haber hecho mas. Pude llamar, escribir, visitar. No lo hice. Estaba ocupada viviendo mi vida y lo que es peor, sigo ocupada, o al menos es lo que me sigo diciendo.

Y todo comenzó con una pelea ilusoria por mi independencia. Cuando era más joven sentía que debía complacer a mis amigas en todo. No puedo ni recordar cuantas veces gasté mi salario comprando algo que odiaba siguiendo su consejo y fui a millones de fiestas que no quería ir. Fueron varias las veces que salí con el amigo pesado de su novio, solo por el hecho de soñar con que compartíamos el mismo gusto en el amor.

Pero cuando los años pasaron empece a incluir la palabra no en mi vocabulario. Después de años practicando esta pequeña palabra terminé en el otro extremo. Quieres salir hoy? No! Quieres ver una película? No!, Quieres que celebre tu cumpleaños en mi casa? No! No! No! Al final terminé preguntándome que pasó con aquellas amigas que debían estar ahí en las buenas y en las malas, sin ni siquiera darme cuenta de que fui yo la que las saqué de mi vida.

Afortunadamente todavía tengo buenas amigas a mi lado y esta vez no seré indiferente. A todas mis amigas, las pasadas, presentes y futuras, les prometo que saldré a verlas incluso si llueve y hace frío, las invitare a mi casa y las incluiré en mi vida, escuchare todas sus historias y secretos sin interrumpir para contar los míos y estaré ahi en las buenas y en las malas. Yo tendré su espalda y ustedes tendrán la mía.

Luz